martes, 3 de mayo de 2011

Con escalas

Cualquier roce es casualidad. Por que el que avisa, no traiciona.


Me voy, Belu? me compro el pasaje a Lima? Y si no lo comprás, qué hacés? Me vuelvo a Baires. Y vas a pensar siempre qué hubiese sido de... Y sí. Y qué hacemos? hacemos? no, hacés querrás decir. Te gusta tanto? Me encanta. Me puede. Bueno, pero pagalo de una, no en cuotas porque si te llegás a arrepentir, el viaje te va a costar más caro.
Fue nomás. Y no le fue muy bien. El estaba con otra; se enteró dos días después de haber llegado. Y no volvió a Buenos Aires. Se fue a Vancuover.
No suelo suelo hablar mucho y odio dar consejos por estas cosas. Las cosas suelen salir mal.
Y creo que lo dije porque hace mucho -mucho- estuve así, con ganas de decir algo y no poder decirlo. O no poder, que para el caso es lo mismo.
Por ella -y otros- el mundo sigue dando vueltas.

También quiero agradecer a los trabajadores del inmaculado Ministerio de Trabajo -sección infantil- por haber levantado el paro. Después de haber ido 5 veces al Ministerio en 2 semanas (porque ellos me decían, ojo), conseguí el permiso de trabajo de tres menores para una produccion de fotos. Entrega de nota, mesa de entrada, confirmacion, rectificación, demora, entrega del permiso. Los padres tienen que ir y aceptar las condiciones que implanta el estado, firmar que dan el consentimiento y luego, el ministerio te sella el documento.
Simpre los escucho. No cambien, son lo más.
volvé otro día linda. 1er intento.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

la pinta de delegado sindical del tipo de la foto, impagable!