martes, 24 de noviembre de 2009

Perhaps, perhaps, perhaps

El mundo está en guerra de almohadas. Irán y Brasil, de luna de miel y Estados Unidos en estrella de rock de gira por Oriente. Argentina, cabalera, le hace mal de ojo a quien quiera acercarse. No queda otra, es lo que hay, declara. Profecía auto cumplidora. La casa no está en orden, está tomada…


Acá, tampoco todo es lo que parece. RWD. STOP. PLAY.PAUSE. Estaba muerta de sed y me acerco a un quiosquito a comprarme algo para tomar, lo único que había era un Apple juice. Genial. Nota: leer siempre la letra chica. Termino siendo un juego de manzana, jengibre y canela. Una locura.



Irvington, NY

Podrías estar peor. Me lo dijo un taxista dos días antes de que me venga a EEUU. Sarcasmo es el segundo nombre de los porteños. Pero literalmente es verdad. Y si no, escucha tango. Fui a comprarme un celular nuevo a estas casas de telefonía celular estadounidenses. Cuando me pide un documento le entrego la licencia de conducir, me mira, y lo más serio pregunta: Argentina is your first name?


El finde partí rumbo a las tierras de Rocky Balboa. Una hora y 40 minutos como mucho nos separan de estas dos ex capitales norteamericanas. Me tomo un taxi hasta la estación, y, como yo, el señor que lo conducía no era oriundo de NYC: había nacido en Bangladesh. No podía creer que yo supiera donde quedaba y que además supiera de la geografía de ese país. Gracias Miss X por enseñarme eso en 1er año. El señor casi me abraza y se le cae una lágrima. A nosotros, por costumbre, reiteración, y desatino, nos conocía por el 10.


Sepan disculpar la falta de tildes. Es el teclado quien me impide comunicarme de la mejor manera.
“Force cannot change right.” Thomas Jefferson. No la cambia, pero si la dobla. La realidad necesita tatuar a Moreno con tinta china la palabra BASTA. Y como dicen por ahí: “El socialismo no funciona sino en el cielo, donde no lo necesitan, y en el infierno, donde ya lo tienen”. Stephen Leacock. Amen.

Cualquier semejanza con la realidad...



... es pura coincidencia

viernes, 13 de noviembre de 2009

Que la Patria me lo demande

Primer post neoyorquino. Pensado y escrito en estas tierras del norte. Llegué el domingo luego del casi 12 horas de vuelo sentada en el medio de una hilera de tres asientos. Qué linda la vida. Nota de la autora: ojo con los efectos rebotes del Valium.

El domingo transcurrió sin penas ni glorias. Con menos penas que un miércoles en la Capital manejando por la 9 de julio y con más gloria que la selección de handball de mujeres. Ya el lunes me dirigí rumbo al cuartel general de la cadena ABC, ahí nomás del Central Park y a un tren-dossubtesconconvinacionmascincocuadras de donde vivo. O sobrevivo pues desde que llegué debo haber trabajado mil doscientos treinta y dos horas. Las horas del trabajo deberían medirse por el tiempo subjetivo de cada trabajador. Claro, tal como la Sensación Térmica.

En este momento exacto estoy escribiendo mientras filmamos una escena para el show What would you do? de la misma cadena televisiva. Soy parte de que todo salga como la producción así lo dispuso. Wiki toki y todo. Cómo me gustan los handys, ahora pienso que hubiese estado bueno traerme un Nextel.

Viniendo para acá en el auto se armó un debate filosófico-político sobre la legalización de la droga y dónde y cuándo el Estado debería ser moralmente correcto. El error está en pretender que si el Estado lo legaliza entonces estaría incurriendo en no proteger a sus ciudadanos. De quién? De ellos mismos. Busquemos, primero, por qué este ente abstracto (que bajémoslo a tierra son un puñados de legisladores que “saben” poco de mucho y mucho de nada) tiene este concepto socialmente aceptado. Por qué necesitamos que alguien nos diga qué está bien para nosotros? Todos sabemos que el alcohol puede provocar cirrosis y aún así seguimos tomando.

Alguna vez me explicaron la regla de probabilidad y estadística. Fue durante la época feliz del Indec. También, que hecha la ley, hecha la trampa. Que la regla hace la excepción y que la vida es dura. Me levanté a las 4.30 am, diría que al alba pero estaba más oscuro que el futuro de Racing, para agarrar el tren de las 5.05 y llegar a tiempo para estar 6.30 en la puerta del estudio.

To be continue…