domingo, 3 de abril de 2011

Rojo, el paisaje del infierno

Nunca fui fan del cine nacional. Es verdad. Me parece lento, los guiones muy malos -sabemos todos que va a pasar en la próxima escena- y por lo general muy burdos. Pero allá yo. Deben haber varios de miles que disfrutan de esta distracción varias veces por mes y hasta quienes participan en salas más pequeñas, cinéfilos autóctonos y sinceros.

Cuando trabajaba en el restorán, mis épocas de recepcionista y camarera, entre plato y plato o entre cocina y comedor, siempre tenía que lidiar con comentarios de uno de mis entonces colegas, Pablo, en su momento estudiante de Cine. El defendía a capa y espada, cuchillo y tenedor al caso, los subsidios del INCAA a las películas nacionales. Era un orgullo, y juraba que si estos no existieran, tampoco lo harían estas películas. Cuan mejor sería la cartelera, pensaba yo. Pero más allá de mis subjetivo pensar, había algo entre tanto entredicho que no me cerraba.

Y aquí hay que diferenciar entre un crédito y un subsidio. Y sí, para ambos estoy totalmente en contra. Total y repulsivamente en contra. Se entregan créditos de hasta el 70% del costo de producción a tazas comparativamente mucho más bajas que la que ofrece el mercado. Subsidios nacionales entregadas muchas veces por dedos anónimos, discrecionales, y que -ni hablar- no tienen que saldarle cuentas a nadie. Todos las pagamos, pocos la ven. Justo, eh? Ay, bendita cultura nacional. Esa palabra tan arbitraria como una frontera. Ojo, hay que ser justos, reciben más subsidios aquellos directores más reconocidos, que puedan llegar a tener más éxito en las taquillas. Aún así... Es justo? Decidme apocalíptica, pero realmente se acabaría el cine nacional si los erradicamos?

No sería, señores del ministerio de cultura, mucho más lógico, mucho más justo, que sea quienes quieran ver a ese productor, a ese guionista, a ese director de fotografía y a ese director general que pagasen por su realización? Digo yo, bah. O no, ya se, el burócrata sentadito, con algún master en cámara red sabe más dónde voy a querer ir a ver cine yo?

Y si le preguntamos a los chicos en Jujuy si prefieren que parte de su plata vaya a Luna de Avellaneda? al Faro? Capaz, sí, que se yo. Pero así como no lo sé yo, no lo sabe él.

"Socialism, like the ancient ideas from which it springs, confuses the distinction between government and society. As a result of this, every time we object to a thing being done by government, the socialists conclude that we object to its being done at all." - Frederic Bastiat

2 comentarios:

Anónimo dijo...

siga el baile siga el baile... buena peli, che.

Titi dijo...

Apocalíptica! ;)
Besoo