jueves, 18 de diciembre de 2008

Hasta la Victoria Siempre


Dejá todo. Andate. Renunciá y vendé tus muebles que no volvés. Lee el poema de Borges de nuevo. Respirá hondo y sonreí. Claro, si me dejo llevar por las publicidades necesitaría tantas cosas innecesarias. El tema es saber discernir entre lo verdaderamente indispensable y lo no. Por supuesto que, a veces, lo indispensable puede ser innecesario. Lo cierto es que, un edulcorante de acá (a todo esto creo que somos el único país que le llama edulcorante al chuker) receta lo que nadie –o todos- queremos escuchar: la vida es corta. Life is Short. Endulzala. Nos predice el presente. Critica lo incuestionable. Carpe Diem entonces.



Washington va a contramano del efecto invernadero. Sigue las leyes de la madre natura y cada vez hace más frío. Despertarse con una máxima de 4 grados C no está bueno. Sin embargo, las cosas y eventos acá hacen subir la temperatura del país en llamas. Protesta a favor de la legalización de, como quien dice, la profesión más antigua del mundo. “My ass is my own” y “End violence against woman. Decriminalize Prostitution” giraban ayer en 1300 New York Ave. Hubiera ido si me hubiese enterado. No porque el gobierno lo prohíba se va a terminar con la prostitucion en las calles. Y no, para mí, el estado no tiene que ser moralmente correcto.



En fin, hablando de leyes absurdas y totalmente anacrónicas heme aquí con una noticia de San Antonio en la cual un hombre fue arrestado por “escupir” en la vía publica. Menos mal que la cancha de fútbol no es vía pública.

Como pasa con las figuras más polémicas, al Che o lo aman o lo odian. No hay tiempo ni espacio para el NS/NC. Todo reflotó ahora con la última película llamada CHE. Aquí pueden ver un video que trata sobre cómo los artistas usan la figura del Che como fetiche. Como dice alguien por ahí en el video, -y me río- el Che se convirtió en lo que mas odiaba, un producto del marketing, del mas salvaje capitalismo. Hollywood y la moda todavía lo aplauden. No solo ellos, hay quienes ven meritos en morir por un ideal, cualquiera sea. El fin justifica los medios. Para algunos. A veces. Depende.

Como leí en uno de los artículos del El Cato, “Señor, dame el coraje de cambiar lo que puedo, la fortaleza de aceptar lo que no puedo, y la sabiduría para notar la diferencia”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...Yo quiero una vida Gorda y Rica !!!...y lo más larga posible !!! deciles a los del edulcorante que busquen otra frase !!ja ja .
Con lo de la libertad estoy de acuerdo !! hasta donde llegaba la mía ??? bueno como dice cualquier madre ...abrigate !!!Miri

Camila Trigo dijo...

yo también quiero una vida Gorda y Rica! belu, besos!