martes, 15 de junio de 2010

Hello, stranger

Si me das a elegir, entre tu y la gloria…./ Abrí los ojos sin pensarlo. Necesito un café ya, pero un café no ese líquido acuoso con color marrón que venden de filtro en este aeropuerto (y en el resto del país del norte). Me saqué los auriculares, y con el expreso en la mano me senté a esperar.

Salía de la Gate J4 y el horario de embarque era –recién- a las 22.15. Afuera, se caía el mundo. Eran de esas noches que pensas dos veces en cruzar la puerta al exterior. Miro el reloj y me quiero morir: 19.35. Qué hago con un bolso, una mochila, y casi tres horas de espera? Me senté mirando a la ventana, con la vista perdida en el recuerdo de una noche pasada, más de 634 lunas atrás. No suelo hablar con cualquiera, pero ese miércoles estaba rara.



Los aeropuertos y terminales me dan cierta acidez. Son muy películas de Hollywood. Me imagino el tren yéndose con la morocha de El Secreto de Sus Ojos y cambio de canción. Son los no-lugares, dantescos, surrealistas, irrisorios. Lugares en los que pasa de todo sin que nos demos cuenta. Son free shops de momentos suspendidos entre dos dimensiones: la real y la nuestra.

Querés? What? Sí, querés? Me mira y me ofrece una papas fritas marca x con barbacue. No, gracias. Claro, el vuelo es a Ezeiza. La señora de al lado me dice algo que no llegué a entender mientras me deja el carrito y me dibuja la seña argentina de “un minuto” mientras la veo entrar al baño. De fondo, se escucha Fox Buisness en el LCD colgado a cinco metros. Decido apagar el celular cansada de las mismas canciones que, por vaga, no cambio hace más de un mes.

Como dije, los aeropuertos son burbujas observadas por alguien. Siempre hay ojos. El pensamiento iluminista, y Focault me trajeron a la mente la palabra panóptico. Y miré a mi izquierda. Ahí estaba el chico de 30 años que me convidó las papas. Y ahí estaba yo mirando. Va, y ahí estaba yo mirándolo.

Es un reality show. Sentarse a esperar el embarque es un pase a abordar la locura. Vuelve la señora del baño y me cuenta que viajo a visitar a su hijo, quien vive en Queens hace más de diez años. Diez? Un montón. Si, uy a ver, qué dice, qué dice que no veo. Justo a mí que tengo -4.50 de miopía en cada ojo. Me doy vuelta y le pregunto a la ejecutiva con notebook que seguro que ella vio, o escuchó, o preguntó. Retrasaron el embarque 55 minutos por la lluvia torrencial. Acá siempre me pregunto cuál es la razón de los ridículos números que ponen las aerolíneas a la hora de viajar. Quien aterriza a las 11.03? O embarca a las 23.10? Le presto una revista de chimentos a mi nueva amiga de la derecha y la situación se vuelve todavía más bizarra.

Te volvés después de mucho, me afirma él. Ocho meses, no es tanto en los nuevos estándares. Se ríe. Y vos, hippie? N.A esta con balis, barba, collar de coquitos, aros en ambas orejas, y claramente se nota que pasó los 28. Yo me estoy volviendo después de tres años. Soy blabla (si, no me acuerdo). Acá es cuando en las películas hacen zoom out y ponen un narrador y música de fondo. No tiene importancia.

Bueno, long story short, vivió un año y medio en NYC laburando en Wall Street, traje y corbata, subte rojo. Decidió renunciar y viajar por el mundo (Europa, Europa del este, Sudeste asiático, Asia). Desconozco la causa de su vuelta, pero se volvía y lo pasaban a buscar cuatro amigos, me contó.

Ahí es cuando la mujer de atrás me pide el celular para llamar a su amiga que, me cuenta, estaba por cortarle al novio después de tres (casualidad?) años de engañarlo con otro.

Finalmente, llaman a embarcar. Mi amigo Blabla y yo estamos a una fila de distancia pero a costados opuestos del 777 que nos traía a casa. Por supuesto, las cosas que escuché y aquí reproduzco quedan entre ustedes y yo.

Me lo volví a cruzar cuando esperaba mis dos mega valijas ya en suelo argentino. Buen día Belcho. Buen día. Que tengas linda vida, me dice, seguro nos volvemos a cruzar en algun momento, en algún lugar.

Instantes. Palabras que cambian el estatus de stanger a not so stranger. Viajes y vueltas que no pueden explicarse en un papel de inmigración. Gente que no conocemos, que está ahí. Ese sabor agridulce que son las terminales, aeropuertos y puertos que se termina apenas cruzamos la frontera de la rutina.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

WELCOME a tierra firme !!!...y dura ..ja ja !! me encantó ! es cierto los Aeropuertos tienen ese no se que !bueno seguí escribiendo " on time "aunque sea a las 2.32 de la mañana .
besos Miri

Anónimo dijo...

Bienvenida!! Y please!!!!!segui escribiendo...de lo que te pinte, aunque sea de futbol!!con tu tono todo tiene otro color. Me EN CAN TA !!!
Te esperamos en pnamar con tu pila de fotos y anedas!
besos
ceci

Anónimo dijo...

Cuando te leo, me siento "mosquito", es como si hubiera estado ahi...me imagino a tu amigo hippon, a la viejis del baño y a la que te pidio el tel...je je muy bueno...
Flo