viernes, 7 de septiembre de 2012

Pour toi


«¡Qué gran verdad es que "la belleza está en los ojos de quien mira"! El semblante de mi señor, palido, oliváceo; la amplitued de su frente y sus pobladas cejas, los ojos de mirada profunda, los marcados rasgos; aquella boca firme, que expr
esa decisión y fuerza de voluntad... De ningún modo podía decirse que fueran bellos en función de ningún canon, pero para mí eran más que hermosos: estaban llenos de un interés que tenía la virtud de dominarme casi por completo, arrebatándome el control de los sentimientos. Yo me había hecho el firme propósito de no amarle: el lector sabe con qué empeño intenté extirpar de mi corazón las semillas del amor que detecté en él; en cambio, solo con verle de lejos, el sentimiento había brotado de nuevo de manera espotánea, con el vigor de la savia joven. Conseguía que le amara aun sin mirarme



En JANE EYRE, de Charlotte Brontë

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