martes, 7 de diciembre de 2010

para los que alguna vez



nos enamoramos en un bar.

Me subo al 17, 28 mil grados, y adelante mío, una chica con un portafolio que me hizo mirar al piso. Sube, sin monedas a mano, sin un buen día, nos tuvo al resto de los mortales esperandola. Estoy moelsta y son esas pequeñas cosas de la vida diaria que no me gustan, no me agradan, y no entiendo porqué siguen pasando.
Las servilletas de las cafeterías que mas que absorber y limpiarte te desparraman la mugre.
Esos pibes que no cambian el chamuyo ni de casualidad. A mis amigos del estacionamiento que todos los dias estoy hermosa.
A los que se paran en la bajada del bondi y no bajan. Son toda una tribu.
Con los del call center de Personal que cada vez que llamo agarro lo peor de Córdoba capital.
A los que piensan que hay que seguir la ley sólo proque es la ley.
Y muchos otros.

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