New York no puede ni debe ser visto en blanco y negro. En la ciudad de Woody Allen, de las ardillas, de la Gran Manzana (y muchas otra denominaciones más) se vive en el anonimato. Tiene ese no se que que te atrapa. Buenos Aires tiene ALGO de eso. Si existe en amor a primera (y segunda, tercera) vista se llama NYC.
Me pedí el viernes en el trabajo, compre pasaje ida y vuelta por la módica suma de 35 dólares en el Chinatown de DC (a diferencia de los 120 dólares solo ida del tren Amtrak) y partí a las 8.30 con puntualidad inglesa. A las 12 estaba en Penn Station, 34 St y Madison Av. A una del Madison Sq. Garden. Casi lo mismo que tomarse el Plusmar en Retiro y bajarse en Madariaga. Nada de Atalaya y el cafecito para mitigar el cansancio del viaje. No hay tiempo para eso. Teníamos 3 días para conocer La Meca, estábamos sin mapa y sin hostal. La vida improvisada nunca tuvo un aliado perfecto como esta ciudad.
Para empezar con las analogías, NY y DC no se parecen en absolutamente nada. DC tiene un limite de altura en la construcción, tiene 581.530 habitantes, 5 millones si se suma toda el área metropolitana, y durante los fines de semana parece una ciudad fantasma. En NY la gente camina pensando en mañana y es imposible sentarse en el subte. Hablando de eso, el metro de DC es tanto mas limpio, organizado, grande, y perfecto. El subway de NY primero es mas caro (dos dólares cada viaje, no importa el destino final), segundo no dice cuanto tiempo hay que esperar entre uno y otro y, finalmente, cambia de recorrido los fines de semana.
Conseguimos un hostel cerca del norte del Central Park (103 ST) y a dos cuadras del Metro, compramos un mapa y nos dispusimos a seguir con la rutina de la improvisación. Post te en el Ritz con una amiga (linda forma de empezar) y siendo las 5pm nos fuimos rumbo al Metropolitan Museum. No es caro si se tiene en cuenta todo lo que se puede ver allí. Egipto se mundo, señores. Permutó ayuda financiera por piezas históricas. Lo que mas me gustó fue la galería de pinturas europeas, Van Gogh y Matisse entre otros. El que no busca, encuentra: me tope con el Rockefeller Center buscando algun lugar para comer y, como no podia ser de otro modo, terminé alquilando unos patines. Terminó el día UNO con una hamburguesa en el Hard Rock.
Dia DOS. Nos levantamos tarde y después de una buena dosis de café americano (malísimo, cuanto mas rico es el italiano) partimos rumbo al sur de Manhattan. Un amigo me había contado que existen unos ferrys gratuitos que te llevan cerca de la Estatua de la Libertad. El mito resultó realidad. Un día de postal. Ese día hizo mas frío que los Glaciares de Santa Cruz en Agosto. La ST era de -4 grados Celsius. Nos quedaban varias cosas por hacer aun: Tour en Ground Zero y Broadway, y queríamos hacer ambas.
Algún dato que capaz no se sepa: lo que se llamaba World Trate Center eran un complejo de 7 edificios, y todos sufrieron daños… Las torres habían sufrido otro atentado en 1994 (o 1993?)… a la gente que trabajaba en la Torre 2 luego de que el primer avión exploto en la Torre 1 no los dejaron salir del edificio por miedo a que les pasara algo (sic)… la gente que se tiraba era de los pisos mas altos que no pudiendo bajar tomaron esa decisión (todas las salidas de emergencia estaban destruidas porque el 2do avión choco en un ángulo que hizo que se destruyeran)… las torres no tenían columnas… En el complejo de las dos torres habían médicos, shoppings, bancos, una plaza…el día del atentado no murió (tanta) gente porque ese día: muchos padres llevaron a sus hijos al primer día de colegio, el día anterior hubo un partido importante de fútbol americano y por que……………….. (fill in the form).
Mamma Mia! Eso fuimos a ver a Broadway. Pagamos 54 dólares cada entrada para el mismo día del espectáculo gracias a un lugar que vende entradas con descuento luego de las 4pm. Excelente. Eso solo justifica el viaje.
El día TRES fue un día estresante: Chinatown, Soho, Brooklin Briedge, Little Italy, Central Park, Wall St,, y Gran Central Station.
Igual que cuando uno anda con la conciencia tranquila (no son muchas las veces), volvimos sabiendo que MAS no pudimos haber hecho. De vuelta a la Chinatown de DC nos sentimos como en casa: volvimos sentadas en el Metro, caminamos en calles sin un alma y el frío no era TAL. Cualquiera que no es de NY se siente como alguien del interior en Buenos Aires por primera vez. FELIZ.