un combo tres con mandarina

Es el principio del fin. Nos van calentando el agua de a poco.

Esto empieza anteayer, tomando un café con Pepi en el Havanna de Reconquista y Marcelo T acompañado de un havanette blanco, y abogada ella, me comenta del proyecto de ley sobre los incentivos en la comida chatarra (en especial). El objetivo del proyecto, tal como lo destaca Juan Cabandié -bloque kkk-, es cuidar a los chicos de tanta comida chatarra, alta en sodio y un par de detalles nutricionales extras. “la venta de menúes que estén acompañados de objetos de incentivo para consumo en todos los establecimientos expendedores de alimentos y bebidas de la Ciudad”.
A los legisladores les encanta cuidarnos. A mi me gustaría cuidarlos a ellos, deberíamos hacerles a todos un análisis de sangre al ocupar su banca además de pesarlos cada vez que entran en el recinto.
Pero la realidad es otra. Una vez más, vemos atropellos a la libertad de elegir de los consumidores porteños y a los dueños de aquellos de vender lo que les plazca. Estoy pensando ya un regalito a todos los diputados y senadores para el día del padre. Dónde se gestiona esa emancipación?
Por esta regulación, (y si hacemos un poco memoria estaba la de prohibir la comida chatarra en las escuelas), quieren terminar con incentivos en las cajitas felices. Con todo respeto, si le agregamos una manzana en vez de unas papitas, no va a ser una cajita muy feliz. Se meten en el menú de cadenas privadas que tienen toda la libertad de vender la comida que quieran siempre y cuando no engañen a sus clientes. Mcdonalds no lo hace. No dice que vende frutas. Y la gente decide ir igual. Los padres deciden llevar a sus hijos igual.

Y qué hacemos con el huevito kinder? eso tiene incentivo que es la "sorpresa" interna. Lo prohibimos? Ya fue, nadie se va a morir por no comer mas kinder. Y con los chocolates Jack? Yo ya tengo toda la colección de superhéroes en la oficina. Y bueno, ya fue.

El guasón y el otro que no me acuerdo el nombre

La verdad de la hamburguesa es que esta gente a la cual le pagamos el sueldo no hace otra cosa que regular todo los aspectos de la vida del individuo. Ellos la toman por usted. Con respecto a los menores, no tengo nada más que decir, que depende exclusivamente del deber de los padres y no del leviatán gigante que rige la vida de todos.