No te des por vencido, ni aún vencido,no te sientas esclavo, ni aún esclavo;trémulo de pavor, piénsate bravo,y acomete feroz, ya mal herido.Ten el tesón del clavo enmohecidoque ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;no la cobarde estupidez del pavoque amaina su plumaje al primer ruido.Procede como Dios que nunca llora;o como Lucifer, que nunca reza;o como el robledal, cuya grandezanecesita del agua, y no la implora...Que muerda y vocifere vengadora,ya rodando en el polvo, tu cabeza! Almafuerte
Si el sentido común hablara, esa yegua estaría sóla. Y vienen más frases del tipo, “no siempre gana el mejor”, “hay que saber perder”, “se aprende más de las derrotas” y otra sarta de colectivo de palabras que no hacen más que agriar la impotencia.
¿Cómo puede justificarse tanto atropello a las personas que dice, que jura querer defender? Las rotas cadenas siguen bien firmes en mis pies, presidenta. Presidenta, le pregunto ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo va a seguir obligándonos a tirarnos tierra? Deje de retener dinero que, moralmente, no le corresponde. Le pido, presidenta, que agregue el término libertad a su vocabulario. Enseñe con su ejemplo que la palabra elegir no es sólo para el matrimonio.
Presidenta, le ruego sino suplico, que me deje andar con alguien en una moto, que me permita poner un negocio sólo para flacas, que me deje fumar marihuana legalmente, que no tenga que pagar dos veces por una educación, que sea yo quién decida dónde regalar mi plata, mis esfuerzos, mis decisiones. Presidenta, la libertad es plena. Lo cantaste vos, Presidenta, en el himno que nos haces escuchar todas las noches por la radio. Oíd mortales el grito sagrado.: libertad, libertad, libertad.
Si el sentido común hablara, esa yegua estaría sóla. Y vienen más frases del tipo, “no siempre gana el mejor”, “hay que saber perder”, “se aprende más de las derrotas” y otra sarta de colectivo de palabras que no hacen más que agriar la impotencia.
¿Cómo puede justificarse tanto atropello a las personas que dice, que jura querer defender? Las rotas cadenas siguen bien firmes en mis pies, presidenta. Presidenta, le pregunto ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo va a seguir obligándonos a tirarnos tierra? Deje de retener dinero que, moralmente, no le corresponde. Le pido, presidenta, que agregue el término libertad a su vocabulario. Enseñe con su ejemplo que la palabra elegir no es sólo para el matrimonio.
Presidenta, le ruego sino suplico, que me deje andar con alguien en una moto, que me permita poner un negocio sólo para flacas, que me deje fumar marihuana legalmente, que no tenga que pagar dos veces por una educación, que sea yo quién decida dónde regalar mi plata, mis esfuerzos, mis decisiones. Presidenta, la libertad es plena. Lo cantaste vos, Presidenta, en el himno que nos haces escuchar todas las noches por la radio. Oíd mortales el grito sagrado.: libertad, libertad, libertad.
2 comentarios:
Sii Belu...siento broncoespasmo..
Lelu !!! me parece q´la que más entiende de libertad es esta presidenta !!!...hace lo q´se le cantaaaa !!
besos Miri
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